¿Se puede vender mi deuda?

Cada vez hay más personas que piden préstamos y que, a su vez, tienen problemas para devolverlos. En muchos casos, las deudas pasan a ser gestionadas por agencias de recobro, lo que significa que la deuda se ha vendido.

 ¿Quién compra las deudas de entidades financieras? Si nos encontramos en esta situación, ¿con quién debemos ponernos en contacto? ¿Con el banco, la entidad o con la agencia de recobro? No hay nada de qué preocuparse: en general, esta cesión de créditos suele ser una buena noticia.

En primer lugar, es importante tener claro que un acreedor (la entidad a la que se debe el dinero) puede vender la deuda a otra empresa o institución; del mismo modo que se puede vender un bien o un servicio. No importa si el plazo venció hace tres meses o tres años, si corresponde a algunas cuotas pendientes por la compra de un ordenador o a un descubierto de la cuenta bancaria por el préstamo concedido, por ejemplo. Estas operaciones de venta o cesión de deuda las suelen llevar a cabo los bancos, entidades financieras, compañías de seguros y otras instituciones. Esta operación está contemplada por ley, ocurre en todas partes del mundo y no requiere el consentimiento del deudor. En lenguaje jurídico se conoce como cesión o transmisión de créditos. En España, se encuentra expresamente regulado en el Código Civil. Esto puede ocurrir con casi todas las deudas, excepto algunas contempladas por la ley.

¿Qué implica una cesión de créditos?

Aunque no es necesario obtener el consentimiento del deudor para vender la deuda, sí se debe remitir una comunicación oficial al deudor en cuestión. Normalmente, el acreedor anterior enviará una carta informando sobre la cesión o esta llegará en el mismo sobre en que se encuentra el requerimiento de pago del nuevo acreedor. Los siguientes pagos deben abonarse al nuevo acreedor y todo contacto con el acreedor anterior debe paralizarse. Cualquier acuerdo o negociación sobre la deuda debe realizarse con el nuevo acreedor y el pago debe realizarse en su cuenta. Junto con la cesión de la deuda, el acreedor anterior comunicará todos los derechos, deberes e información al nuevo acreedor, que se habrá convertido en la única entidad con potestad para decidir respecto a la deuda.

¿Qué conlleva este cambio de acreedor?

La cesión de la deuda y el recobro de la deuda por la empresa que designe el nuevo acreedor puede ser, pese a las apariencias, una buena noticia. Nos concede la oportunidad de llegar a un acuerdo con el nuevo acreedor y de evitar la vía judicial. Hay empresas que nos permiten pagar la deuda a plazos adaptadas a las posibilidades del deudor. Así funciona el Grupo KRUK, cuyo enfoque está orientado hacia las soluciones amistosas. Después de adquirir la deuda, KRUK envía información y una solicitud de contacto al deudor. Juntos trabajan para encontrar una solución para saldar la deuda. Lo más importante es dar el paso y contactarnos. Eludir el problema y esperar pasivamente no hará que la deuda desaparezca y, en consecuencia, generará un aumento de los intereses. Es vital actuar y que se esté predispuestos a pagar la deuda. De esta manera, se podrá encontrar una solución beneficiosa para ambas partes.

 

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